La anorexia nerviosa, o anorexia, es un trastorno alimentario grave en el que una persona restringe deliberadamente la cantidad de comida o bebida consumida debido a un fuerte miedo emocional de tener sobrepeso y tener un exceso de grasa corporal. La visión social negativa de la forma y el peso del cuerpo también está distorsionada y tiene un impacto particularmente fuerte en la autoimagen de una persona. La anorexia se puede diagnosticar cuando un paciente no puede controlar la cantidad que consume.
El trastorno es extremadamente destructivo y puede afectar significativamente la vida de una persona
Aunque la anorexia es difícil de superar, se puede conquistar y superar. Lo primero que debe hacer si sospecha que tiene anorexia es visitar a su médico para una evaluación profesional.
El tratamiento para la anorexia nerviosa se centra en ayudar al paciente a superar el estrés emocional que a menudo acompaña a este trastorno alimentario. Hay dos enfoques principales que se utilizan comúnmente. La primera es la psicoterapia. Este enfoque tiene como objetivo ayudar al paciente a identificar áreas problemáticas en su vida que pueden estar causando ansiedad excesiva por el peso y la forma. Se les capacitará en métodos que les permitirán abordar de manera eficaz estos problemas.
El segundo enfoque es el tratamiento psicológico. Esto implica buscar tratamiento de un psiquiatra o psicólogo calificado, que luego trabajará con el dietista y el trabajador social para ayudar al paciente a recuperar una autoconciencia saludable. Esta forma de tratamiento suele ser más eficaz cuando se combina con terapia.
El enfoque más común se conoce a menudo como terapia cognitivo-conductual. Esta es una forma de psicoterapia que tiene como objetivo cambiar la forma en que un paciente piensa sobre su condición. Un dietista trabajará con el paciente para identificar patrones que puedan hacer que se preocupe por su forma y tamaño. El dietista enseñará a los pacientes cómo romper estos patrones para que puedan relajarse acerca de su imagen corporal y mirar su cuerpo de una manera más positiva. También le enseñarán al paciente cómo identificar sus factores desencadenantes y cómo tratarlos de manera efectiva.
Un tipo de trastorno de la alimentación que a menudo se asocia con los trastornos de la alimentación es la bulimia nerviosa. Este es un trastorno alimentario peligroso que hace que las personas consuman cantidades incontrolables de alimentos a pesar de tener mucha hambre. La bulimia puede dañar gravemente la salud y causar la muerte.
La bulimia se puede controlar mediante varios métodos, algunos de los cuales implican el uso de ansiolíticos. Si una persona que sufre de bulimia está dispuesta a aceptar ayuda, es posible que se le administre un medicamento que bloquee las sustancias químicas del cerebro que desencadenan la necesidad de comer. Esto les permite sentirse llenos cuando comen y evitar que coman en exceso. Estos medicamentos generalmente se recetan en combinación con terapia. En casos extremos, también se puede recomendar la cirugía para extirpar el bazo de la víctima de bulimia en un intento de detener el ciclo de bulimia de la persona.
Aunque las causas de los trastornos alimentarios pueden variar mucho, existen muchas opciones de tratamiento disponibles. Dependiendo de la edad y el historial médico del paciente, se recomendará una amplia gama de tratamientos para superar el trastorno alimentario. Cuando se ha encontrado la terapia y el apoyo correctos, puede llevar solo unos meses recuperarse por completo de la anorexia.
La forma más común de tratamiento para esta afección es mediante la pérdida de peso. El objetivo de la pérdida de peso es reducir la cantidad de alimentos que consume una persona y aumentar su cantidad de ejercicio. Como resultado de esto, los pacientes se sentirán mucho mejor consigo mismos y será menos probable que se sientan culpables por sus patrones de alimentación.
Otros tipos de tratamientos se centran en evitar que una persona aumente de peso en primer lugar. Puede ser posible adoptar una dieta saludable y un régimen de ejercicio, o perder peso mediante algún método de desintoxicación. También es importante que el paciente acepte que es posible que no pierda todo el peso que ha ganado y que debe continuar manteniéndolo mediante el ejercicio regular. Esto ayuda a reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y otras afecciones de salud mental.
La capacitación en habilidades sociales también brinda una buena posibilidad de recuperación. A través de la terapia, el paciente aprende a ser más consciente socialmente y a desarrollar relaciones saludables con los demás. Esto puede ayudar al individuo a desarrollar metas realistas y establecer metas realistas. La mejor posibilidad de lograr una recuperación exitosa depende de cómo el paciente aborde su problema y tome las medidas necesarias para recuperarse.